Arturo Carrasquilla López

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Este iba a ser mi primer invierno utilizando los cebos de SBS, y me preocupaba el saber que tal responderían en las frías aguas del Guadalíx. Todos sabemos que las carpas van a ralentizar su ritmo alimenticio, y que su localización viene a ser complicada, por ello y basándome en la experiencia de inviernos pasados, decidimos hacer un cebado a largo plazo de boilies.

Otros inviernos me dedicaba básicamente a intentar localizar a los peces, pequeños puñados de comida, diversas profundidades, intentar que alguna carpa se animase a probar nuestros cebos, y la verdad, para ser invierno no se nos daba del todo mal, capturábamos esporádicamente algún pez, de mediano y pequeño tamaño, pero claro, nosotros queríamos hacernos con un buen pez de bonitos colores, propios de la época del año.

Este año tras meditarlo, decidimos hacer un cebadero a largo plazo utilizando Phaze1 y nuestros infalibles Frankfurters, que tantos peces nos habían dado durante todo el año. Teníamos claro que era mucho mejor ir metiendo poco a poco nuestros cebos, y es que mucho mejor un kilo al día que diez el domingo para volver el viernes a pescar. Aquí el trabajo en equipo es fundamental y acudimos prácticamente todos los días al puesto, para dar de comer a nuestras amigas y para verificar que todo está bien.

Tras varias semanas acudiendo casi diariamente a la llamada de nuestras amigas, por fin pudimos disfrutar de la pesca, y la verdad es que nos fue francamente bien, cogimos un buen puñado de bonitos peces y algunos cercanos a los doce kilos.

Aguantar el frio merece la pena

Más tarde, hice varias sesiones express, en concreto disponía de dos horas de pesca antes que se hiciera de noche y así volver a casa a tiempo, y aquí la cosa no fue peor, cogí entre tres y cinco peces por sesión, con unas medias espectaculares, con bonitas royales cercanas a los trece kilos, y algunas comunes, que nos hacen presagiar que los gigantes de Vellón serán de esa raza, en un futuro no muy lejano.

La verdad es que hubo días que entre José y yo, podíamos haber capturado cerca de veinte peces! La estrategia era bien clara, cebábamos mitad boilies normales, mitad solubles, y el día de pesca un puñado de solubles troceados por caña y pez, solíamos llevar dos kilos cada uno, y hubo días que casi los gastamos en acción de pesca, cada vez que cogíamos un pez, metíamos un puñado más de solubles troceados.

El uso exclusivo de boilies, nos garantiza la captura de los más grandes, son cómodos de usar y de transportar, y bien esparcidos hacen muy bien su trabajo, en concreto, son mejores doscientos buenos boilies que un cubo de chatarra. Estos van a aportar todo lo necesario en estos malos momentos del año, nuestras amigas saben que les sientan bien, y no dudan en alimentarse de con ellos.

El sistema de cebado que utilizamos, era uno clásico en área, los peces no tienen un punto concreto donde alimentarse, merodean la zona donde se pueden alimentar, un boilie aquí, otro allá, esto favorece en gran medida la captura de las más grandes del grupo, y claro, personalmente, prefiero coger un solo pez grande a diez pequeños, pescar con un solo cebo en el anzuelo, sin PVA, ni más comida alrededor, va a evitar que cojáis chicharras, este no es un remedio infalible, pero os garantizo que vais a notar que cogéis esos peces que os gustan, y esto, en esta pesca resulta bastante satisfactorio.

El montaje que utilizo es bastante simple, un bajo combinado de fluorocarbono y trenzado, con un plomo plano de cuatro onzas. Desde hace un tiempo no me complico demasiado, necesito un equipo robusto que me ponga los peces en la moqueta, solemos pescar en zonas complicadas, quiero a ese gran pez en la sacadera, no contar otra historia de otro gran pez perdido; monofilamento de veinte libras y un montaje seguro, sin nudos de puentes, clips u otros puntos débiles nos van a hacer muy bien el trabajo.

Este montaje con un plomo en línea evita enredos al lanzar, algo importante al pescar tan cerca y profundo, donde sacar e montaje al final del día y encontrarnos un buen enredo están al orden del día, y es que saber que nuestros montajes están pescando, nos hace estar centrados en la pesca, atentos a movimientos y anticipándonos a los peces. Como cebo de anzuelo, utilizo en una caña un soluble recortado y en otra un CSL hooker, todos ellos envueltos en pasta. El uso de la pasta como cebo de anzuelo no está muy arraigada aquí, y la verdad no entiendo muy bien por qué, los campeones del mundo pescaban con un soluble envuelto en pasta y les fue muy bien, la tenían en un bote grande, y no lanzaban una sola caña que no tuviera su pasta, por eso decidí copiarles, y también aquí funciona genial.

SBS tiene varios tipos de pastas, este año he empleado tres:

La soluble bomb paste, que viene en una bolsa, unos 250gr, ideal para feeders, plomos, y también para anzuelo, está hecha con la misma masa de los boilies solubles, con una disolución inmediata, esté otoño gasté una bolsa de M1 soluble bomb paste en una sesión de 4 días junto con veinte kilos de boilies del mismo sabor, el resultado, un montón de grandes carpas y una sesión inolvidable.

Las otras dos son la Premium paste y la CSL sesion paste, esta última es la que estoy utilizando en las salidas con el agua más fría, el CSL es el aditivo perfecto en este momento, y me lo está demostrando, sacando peces en los peores días del año.

La pasta es lo más atractivo en estas aguas tan frías, no tengáis reparo en planear pequeñas salidas invernales, con la preparación adecuada, una correcta localización, y un buen puñado de buenos boilies, sí, se pueden capturar preciosos peces, incluso cuando la mayoría de los pescadores esperan un tiempo mejor!